martes, 24 de abril de 2018

ESPAÑA


“ENTRE ESPAÑA Y AMÉRICA LATINA HAY UNA CONVERSACIÓN INCOMPLETA E INCORRECTA QUE HA QUEDADO HISTÓRICAMENTE CORTA”



POR FERNANDO ARELLANO ORTIZ


Para el exdirigente del Partido Obrero Socialista Español (PSOE), Eduardo Madina (Bilbao, 1976), no es aceptable que desde la nación ibérica “solo haya una única voz, una única manera de interpretar la relación con Latinoamérica”, la cual se circunscribe “a un marco exclusivamente comercial o exclusivamente económico, sin que lo abran a una comprensión cultural”.

Afirma que es un admirador de los procesos progresistas que se han dado en América Latina por cuanto han cambiado la historia de este continente.

Este historiador de la Universidad de Deusto, víctima en 2002 de un atentado de ETA, determinó retirarse en julio de 2017 de la actividad política activa y dedicarse a la consultoría, tras su pasó por el Congreso de los Diputados.

Madina, quien hoy se desempeña como director de la unidad de análisis y estudios de la consultora de comunicaciones y opinión Kreab que tiene representación en Colombia, estuvo en Bogotá, realizando una serie de contactos tanto políticos, periodísticos como corporativos. Aprovechando su presencia en la capital colombiana, el Observatorio Sociopolítico Latinoamericano www.cronicon.net  lo invitó a dialogar sobre la coyuntura política de España y su óptica respecto de los procesos de disputa que se viven en estas tierras colonizadas por sus antepasados.


Con la experiencia de haberse desempeñado como Secretario General de las Juventudes Socialistas del País Vasco y Secretario General del Grupo Parlamentario del PSOE en el Congreso de los Diputados entre 2009 y 2014, Madina hizo una radiografía del proceso sociopolítico de su país así como de las implicaciones que tiene para los países del viejo continente una estructura como la Unión Europea.




España, una sociedad plural de ciudadanías

·        Ubiquémonos en tu país. Yo diría que España son varias Españas.  Además, tu provienes del País Vasco (Euskadi), que tiene una identidad cultural muy sui generis, pero así mismo podríamos hablar de Cataluña e igualmente de Galicia. ¿Cuál es tu posición frente a esa pluralidad de identidades que es España?  ¿Podríamos decir que lo que es el territorio español hoy es la conjunción de varios países?

·        Yo diría que es una sociedad plural de ciudadanas y de ciudadanos y un país territorialmente diverso y esa misma pluralidad interna que España tiene dentro de su sociedad, también se reproduce dentro de la sociedad vasca. Euskadi no es una única identidad; Galicia no es tampoco una única identidad; Cataluña no es solo una única identidad y España es verdad, tampoco es una única identidad. Yo creo que la reivindicación de la pluralidad de la sociedad española, de su diversidad, es un argumento posible y positivo que yo lo hago mío, pero que tiene que ir ligado a una reivindicación también de pluralidad interna, de las distintas partes que componen un Estado diverso. Es un país complejo, es un país avanzado para muchas cosas, para otras quizá no tanto, pero creo que esa complejidad hace de España un país muy rico y muy interesante.

·        Desde ese punto de vista, ¿podemos decir que la legislación aprobada en la Constitución de 1978, respecto de las autonomías, hoy se queda corta frente a realidades sociales de España?

·        Yo creo que sí, ante las realidades sociales de España, ante las realidades sociales económicas productivas del mundo, ante esto que denominamos la cuarta revolución tecnológica, la digitalización de las relaciones humanas, ante los propios avances que la sociedad española ha tenido gracias en parte importante al proceso democrático. Por eso creo y son ya muchas las voces que coinciden que España necesita una reforma de su Constitución para adaptarse a una realidad que hoy es muy distinta a la que tenía el país en el año 78 en términos de pluralidad, en términos de relaciones productivas, económicas, de relaciones globales, de relaciones culturales, de composición interna de la propia sociedad. España entra a una fase posautonómica y tiene que resolverlo con una reforma constitucional que adecúe la convivencia para los próximos 20, 30 o 40 años.

Una relación que se ha quedado siempre corta

·        ¿Cómo miras la relación de España frente a América Latina?  Te hago la pregunta por lo siguiente: España sigue mirando a América Latina como el continente para hacer negocios al estilo mercantilista que proclama Mario Vargas Llosa, o con la visión de Felipe González, manteniendo esa óptica colonizadora, hegemónica, privilegiando la presencia de las multinacionales de origen hispano en América Latina que es muy fuerte. Es una visión meramente comercial y financiera, no más. ¿Crees que allí se está circunscribiendo la relación de España frente a América Latina?

·        No creo que haya una única visión en España respecto de la relación con América Latina. Creo que hay una conversación incompleta e incorrecta seguramente y que se queda corta ¿no?, hay muchos puntos de vista sobre cuál debería ser la relación entre España y los distintos países y las distintas sociedades que construyen eso que denominamos el continente latinoamericano. En términos políticos se ha quedado corta, en términos culturales también y todo lo que muchos países latinoamericanos le podrían haber dado en términos de enriquecimiento a España, en mi opinión también se ha quedado corto. Me cuesta ver que haya solo una única voz, una única manera de interpretar desde España la relación con Latinoamérica. Creo que hay muchas voces y a mí me gustan más las que no supeditan toda la relación a un marco exclusivamente comercial o exclusivamente económico, sino que lo abren a una comprensión cultural y a un mirarse a los ojos y no darse la espalda que es la sensación que a veces he tenido de las relaciones gubernamentales en algunos momentos de nuestra historia democrática de España con algunos países del continente latinoamericano.

La Unión Europea no una integración económica bien hecha

·        Y ahora sí te meto en el tema de España frente a Europa. La Unión Europea es una “unión” entre comillas, meramente comercial y económica, lo cual se puede evidenciar en las afectaciones en países como España, Italia, Portugal, Grecia, derivadas de las imposiciones draconianas del sistema europeo que no da respuesta a las necesidades sociales de estas naciones. ¿Habría que reinventar o rediseñar la arquitectura europea en ese sentido?

·        Sí, ojalá fuera una integración económica. Yo creo que no lo es.  Solo es una zona de libre tránsito de personas, mercancías, servicios y capitales; es una pequeña integración económica. La Unión Europea tiene varios obstáculos y uno de ellos es que no es una integración económica bien hecha, por eso hemos tenido una crisis de este calibre en la zona monetaria. Una zona con una moneda compartida o integrada sin gobierno económico, sin haber integrado la respuesta para esa zona monetaria, por tanto, es una integración económica muy incorrecta, muy imperfecta y que se queda pequeña. Políticamente tiene mucho camino de integración por resolver. Bueno, son 60 años que para la historia de sangre y tan compleja que ha tenido Europa a lo largo de tantos siglos atrás es un periodo relativamente corto. La arquitectura se tiene que modificar, hay que establecer nuevas reglas para la gestión, para la regulación y para el gobierno de la globalización financiera, para las respuestas económicas, para mutualizar la solidaridad de los países más avanzados que forman parte de la Unión Europea con los países de la orilla norte del Mediterráneo, los países del sur de Europa que son los que han pagado una factura mayor de esta crisis, pero la clave de bóveda, en contra de lo que algunos creen, de la estabilidad, de la paz y del desarrollo de Europa en los últimos  60, 70 años con todas sus imperfecciones ha sido la cohesión social, la redistribución de la riqueza en términos algo más justos de lo que en etapas históricamente anteriores tuvo Europa. Y si eso se pierde, volverán a aparecer los fantasmas que en otro tiempo alumbraron lo peor del siglo XX de la historia de la humanidad que es lo que se vivió en Europa con las guerras mundiales.

·        Acabas de dar unos elementos fundamentales que me traen a colación la famosa frase de Pier Paolo Pasolini que la retoma hoy Boaventura de Sousa Santos sobre el fascismo social que no es más que el vaciamiento de toda política social que prácticamente en estos años la Unión Europea ha desmantelado la concepción de lo que fue el estado de bienestar. Entonces, la pregunta es, ¿si el esquema de la troika, integrada por la Comisión Europea, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional, constituye una dictadura atroz, que hasta a un gobierno socialdemócrata de España le obligaron a reformar nada más y nada menos que el artículo 135 de la Constitución para que prevalezcan los intereses del capital especulativo financiero en detrimento de su sociedad?

·        No sé si fue tanto, yo creo que fue más bien asegurar que España en un momento con dificultades para la emisión de deuda soberana, garantizaba por Constitución que el dinero que se le prestaría lo devolvería, en un momento además en que se estaba calentando el precio del interés del crédito soberano a una temperatura ingestionable e inasumible. Creo que en los gobiernos de la Unión Europea harían bien en no perder de vista que la solidaridad preventiva con instrumentos y con arquitecturas suficientes para poder prevenir consecuencias como las que hemos visto de esta crisis sobre todo en Grecia, en Irlanda, en Portugal y en menor medida, pero también en España, es un paso de garantías mutuas, es un anillo de seguridad compartido; que es mejor prevenir que una troika, y que es mejor la cohesión social y la mutualización de deuda por ejemplo, que una troika. Que es mejor que asfixiar países como ha pasado por ejemplo con Grecia que ha sido asfixiado por medidas de ultra austeridad impuestas por la troika, un esquema de casi 550 millones de habitantes viviendo en condiciones de dignificación de la vida humana que hagan imposible el objetivo que precisamente buscó la Unión Europea de evitar la generación de condiciones que dieran lugar a una tercera guerra mundial. Para eso se inventó esto básicamente, para más cosas también, pero esencialmente para ello. Por tanto, ahí es donde yo creo que hay una de las claves de la necesidad de reformulación de la propia arquitectura comunitaria.

·        ¿La concepción neoliberal de la Unión Europea no llevó a la derechización de la socialdemocracia del viejo continente? Porque uno ve que al fin y al cabo los partidos socialistas terminaron haciendo el mandado y adoptando las recetas neoliberales para gobernar. ¿Compartes esa postura?

·        No, en general no. No puedo decir que en toda Europa pasó eso.  Creo que en algunos lugares el socialismo democrático ha estado más acertado y en otros se ha equivocado más. Seguramente donde más se ha equivocado electoralmente lo ha pagado, ha tenido desconexión con sus electorados, con sus bases sociales, con sus clases sociales, con los trabajadores y las trabajadoras. Yo creo que el socialismo democrático se inventó para que los trabajadores fueran los protagonistas de los principales cambios de sus sociedades, si son los productores principales de la riqueza de un país, tienen que ser los protagonistas principales de los cambios principales de ese país.

·        ¿Y en España se ha dado eso?

·        En España se ha dado eso durante 22 años y cuando el socialismo no lo ha hecho bien la sociedad le ha dado la espalda y ha puesto a gobiernos del Partido Popular (PP) que en mi opinión lo han hecho sustancialmente peor. Pero creo que cuando el Partido Socialista ha ido de la mano de los sindicatos, movimientos sociales, de los colectivos de la sociedad civil organizada, España es cuando más ha avanzado.

·        Pero eso ya es historia patria como diría Julio Anguita…

·        No, no tanto, no tanto, eso está relativamente cerca. Los últimos grandes avances en derechos civiles, en libertades de un país que tuvo muy pocas libertades durante 40 años, por no decir que no tuvo ninguna, se dieron hace 7, 8 años, estamos hablando de hace muy poco tiempo. En la última parte de gobierno de Zapatero se da una aceleración en libertades públicas, fin del terrorismo de ETA, un proceso de paz exitoso, avances en derechos sociales, consolidación del estado de bienestar; aún con los desajustes, los errores y las políticas que no se aplicaron bien de respuesta a la crisis. Creo que siempre el Partido Socialista cuando ha ido de la mano de los sindicatos y de los colectivos sociales y cívicos, España ha avanzado más; cuando ha soltado esa mano, es donde le ha ido peor al PSOE y le ha ido peor al país.

·        ¿Cómo se explica que el PSOE con esa historia de lucha y de reivindicación social que se remonta a la época de su fundador, Pablo Iglesias, el tipógrafo, hay que hacer la aclaración, haya permitido que una asociación para delinquir, como es el Partido Popular, siga gobernando?

·        Porque le votaron. Porque el Partido Popular ganó las elecciones.  En el mes de diciembre de 2015 con 123 diputados frente al PSOE que sacó 90. Se repitieron las elecciones porque nadie dejó gobernar a nadie. Y fuimos a elecciones en julio de 2016 y el PP sacó 137 diputados y el PSOE 85. Y si llegamos a ver las terceras elecciones, es decir hacer el ridículo de hacer tres veces elecciones porque nadie deja gobernar a nadie, el PP hubiera sacado 150 y el PSOE 70. Bueno, pues paren la puta rueda en algún momento y decidan de una vez quién coño gobierna aquí. Pero el problema no es ese tanto como el que le votan. La pregunta que se tiene que hacer el PSOE no es esa, es ¿qué le pasa al PSOE para que en las últimas elecciones el Partido Popular con políticas económicas equivocadas, políticas de ajuste, de devaluación salarial, de devaluación social, con huelgas generales durante su legislatura y con graves problemas de corrupción ganara las elecciones? Creo que esa es la principal pregunta. ¿Y por qué hicimos eso?, porque pensamos que ir a terceras elecciones era un ridículo espantoso de país. Y encima Mariano Rajoy iba sacar más votos y el PSOE menos. Bueno, fue una decisión compleja, pero probablemente la política es dilemática, uno a veces elige lo malo o lo peor y en aquel momento elegimos lo malo.

·        ¿Y no había posibilidades en ese momento de una alianza con sectores progresistas, con Podemos, por ejemplo?

·        No daban los números. Podemos tenía 71 diputados, Pablo Iglesias sacó un excelente resultado para un partido con dos años y medio, tres años de vida. No hay precedente en la historia de España, en tan poco tiempo tantos diputados, no lo hay.  En la democracia me refiero, en los últimos 40 años. Hay que llegar a 176, no llegábamos, no había manera de formar gobierno.  Si hubiese habido forma de formar gobierno se habría sacado adelante, pero no, no daban los números.

·        ¿Para la gobernabilidad en este momento de España hay un acuerdo tácito entre el PSOE y el PP?

·        No que va, no lo hay, no hay ningún acuerdo entre PSOE y PP ahora mismo. Bueno si lo hay para aplicaciones del artículo 155 de la Constitución que Pedro Sánchez (líder del PSOE) firmó con Rajoy para Cataluña.

·        ¿En qué consiste?

·        Es un artículo de recuperación de una autonomía, de asegurar el funcionamiento del estatuto de autonomía desde el gobierno central. Dicen que es un artículo para la intervención catalana, de una autonomía en caso de rebeldía y tal. Está copiado de la ley fundamental de Bonn de la Constitución alemana y es el único acuerdo que ha habido. Pero aunque ya no estoy en política, como lo sabes, no hay acuerdo entre el PSOE y el PP, excepto en lo catalán, nada más. Y tampoco sé si eso es bueno, ¿eh? No lo sé.  Sé que en mi país, y lo hemos hablado estos días, el pacto político ha perdido prestigio y sin pacto político, no me refiero solo al PSOE y PP, sino también a las otras fuerzas, los desafíos que España tiene, es difícil que los saque adelante. 

·        Es decir, ¿volver a retomar el consenso de los Acuerdos de la Moncloa a partir de la transición es bien difícil hoy en día?

·        Yo creo que sí, es muy difícil. Los líderes políticos, la mayoría de ellos, están todo el día narrando lo que en su opinión es irrenunciable. Y el acuerdo político nace de la renuncia mutua para un bien mayor que es el interés general de un país entero, da igual Colombia, da igual en España. Yo no veo hoy a los actores políticos con capacidad de renuncia, la verdad no, no creo que estén en el escenario político español y tengo la sensación que no está en la agenda.


·        Si bien hay que entender que España cuenta con una tradición monárquica lo cual costó la guerra civil de 1936, ¿tiene sentido mantener una decadente dinastía presidiendo una monarquía constitucional?, más si se tiene en cuenta que, como repite Juan Carlos Monedero, la famosa frase atribuida a Talleyrand, según la cual todas las monarquías roban pero los Borbones exageran …

·        Bueno, yo soy republicano, por lo tanto, mi modelo de Estado es siempre una república y ahí no tengo duda ni creo que, en términos académicos, ni ideológicos incluso, la vaya a tener alguna vez. Creo que el Partido Comunista y el Partido Socialista del año 78 supieron renunciar a lo que para ellos era irrenunciable que era un modelo republicano de concepción del Estado, en aras de la convivencia, porque hay un sector muy amplio de la sociedad española que no es republicana y que se siente más cómoda con una jefatura de Estado que no tenga color político. Para mí que soy republicano no es una prioridad el modelo de jefatura del Estado. Si el rey mantiene una posición no intervencionista en la política, y como decía Pablo Iglesias, el tipógrafo, sí el movimiento obrero cabe dentro de una monarquía o de una república, entonces una república y una monarquía caben también dentro del movimiento obrero. Somos un partido en el modelo de jefatura del Estado utilitarista, en el sentido de que no es para nosotros una prioridad. Nuestra prioridad son las condiciones de vida de la clase trabajadora, los derechos sociales, los derechos civiles, las libertades, la libre concurrencia política.

El fenómeno Podemos

·        Abordemos un poco la parte partidista de España para conocer tu opinión respecto del fenómeno Podemos. ¿Es un hito en la historia política de tu país? ¿Esta formación liderada por el profesor Pablo Iglesias viene a ocupar, o a captar mejor, algunos nichos del PSOE que en antaño era la fuerza más progresista de España?

·        Yo creo que en las últimas elecciones tuvo mucho voto del PSOE, sí. Hay unos números que salen realmente fácil. En el año 2011 que está relativamente cerca, el presidente Zapatero saca 11 millones de votos y 169 diputados. La mayoría absoluta está en 176, saca 169 y 11 millones de votos. En el año 2016, o sea 5 años después, la izquierda se divide exactamente en dos, 5 millones 40 mil votos Podemos, 5 millones 420 mil votos el PSOE.  Si sumas los dos te sale la cifra de Zapatero en el año 2011. Y si sumas 85 diputados más 71 diputados, te sale casi los 169 que se hubieran logrado si llegan unidos. Es decir, es una izquierda dividida en dos exactamente. Por tanto, Podemos ha tenido voto del PSOE en torno de 1 millón y medio o 2 millones de personas que le votaron a éste en el año 2008. Incluso volvieron a votar en el año 2011 y que en las últimas elecciones votaron a Podemos. Tuvo además apoyo nuevo de gente que cumplía 18 años y votó por primera vez mayoritariamente a partidos como Podemos en el ámbito de la izquierda, y tuvo con la unidad de acción, el voto también de izquierda Unida. Por tanto, ha tenido voto del Partido Socialista claramente, sobre todo en ciudades y de gente joven.

·        Ese análisis permite decir que hoy en día en España el bipartidismo que se conformó y consolidó con la transición se acabó. ¿Hoy hay una reconfiguración del espectro político español?

·        Nunca fue un bipartidismo puro porque de la mayoría de las legislaturas, me parece que de 9, solo hubo 4 mayorías absolutas y 5 fueron de pacto, bien con la izquierda unida, bien con la izquierda republicana de Cataluña, bien con el PNV, o sea siempre hubo otros actores jugando, pero bueno fueron fuerzas muy mayoritarias. Hoy, es un país multipartidista con cuatro grandes actores; Podemos, PSOE, en el ámbito de sus matices de izquierda; Ciudadanos y PP en el ámbito de la derecha también con sus matices, más los actores nacionalistas y partidos minoritarios de distintas regiones, Canarias, Asturias, Navarra, etcétera. Uno de los problemas principales que tiene el país es que no sabe funcionar a cuatro porque siempre funcionó básicamente a dos más pactos puntuales y por eso tenemos cierta parálisis regulatoria y con ella parálisis legislativa, porque a los partidos les cuesta pactar, parece que el pacto es una traición para algunos y yo creo que el pacto suele ser positivo cuando está bien orientado, cuando está mal orientado pues no. Hoy tiene una mala lectura. Funciona el país a 4, de manera multipartidista, lo cual hace que esté más lento en el proceso de toma de decisiones.

·        Si bien el pacto de la transición funcionó, ¿tú no consideras que España como dice Monedero, se acostó franquista y amaneció democrática a partir de la muerte del Generalísimo?

·        Me gustaría pensar que sí, pero no, porque si se despierta democrática es que todo lo que quedó de esos 40 años en nuestra realidad creo que Juan Carlos es más optimista que yo en ese sentido. No, creo que quedan visos de nuestra historia y las sociedades acumulan el peso de su historia, y la nuestra en el siglo XX tras la derrota republicana en la guerra civil es una historia dramática, una dictadura dirigida por un asesino, que tuvo una de las tres posguerras, de lo que hoy son los Estados o las democracias europeas y 40 años de dictadura que murió en la cama, por tanto, todo aquello, algo quedó, no amaneció democrático.  Yo creo que la democracia es una lucha constante, es un proceso siempre imperfecto. La sociedad española sigue trabajando para optimizarla, para hacerla mejor, sigue teniendo problemas con algunos ámbitos; las libertades de expresión, cosas que estamos viendo ciertos retrocesos en estos últimos dos, tres años.  Ojalá nos hubiésemos despertado completamente democráticos un día. 

·        Es evidente que España no ha podido superar el relato del franquismo. El hecho de que una sociedad gobernada por un partido de la tesitura del PP nos indica ello. ¿Qué opinas?

·        Yo creo que hay elementos que quedan, no sé si tanto en el PP como en muchas cosas.  A mí por ejemplo me gustaría que el país fuera plenamente aconfesional, que se renegociara y se rompiera el concordato con la Santa Sede; que las libertades constitucionales no pudieran se tocadas como las han tocado por ejemplo con la Ley de Seguridad Ciudadana; que elementos que considerábamos consolidados no se vieran sometidos a retrocesos.  Yo creo que nos queda mucho por hacer. Bueno, pero afortunadamente la democracia es un proceso y es cuestión de que la sociedad tenga voluntad de seguir procesando. Creo que España es un país mucho mejor hoy, con todo lo que tiene de bueno y de malo que el país que era en el año 79.

Una transición sin ruptura 



·        Sin embargo el protagonismo de las élites en España no ha cambiado. El hecho que el escogido por Franco reinó por varios años y ahora está su hijo reemplazándolo evidencia que hay una continuidad de ello. ¿No hubo ninguna ruptura, cierto?

·        No, fue una transición sin ruptura. Una transición que no fue una revolución, fue una reforma de la ley a la ley, de las viejas leyes del franquismo declaradas muertas a las nuevas leyes de la democracia en un proceso no exento de muchas dificultades. Con 80 asesinatos al año por parte de ETA, con muchos elementos muy complejos y en un momento global de guerra fría que no era también ninguna broma, que era también muy complicado de jugar. Bueno, pero afortunadamente gobierna la sociedad poniendo y quitando gobiernos. Y cuando un partido gobernando se confía, y alguna vez al PSOE esto le pasó, la gente le quita y pone a otro. Y cuando un partido se confía mucho llega otro actor y casi te gana en las últimas elecciones.  Gobierna la gente, la sociedad.

·        ¿La ‘neoliberalización’ del Partido Socialista Obrero Español le ha pasado cuenta de cobro electoral la sociedad? ¿Acogiéndome a tu análisis, es preciso afirmar que por eso aparecen otros actores políticos como Podemos?

·        No creo que tanto la ‘neoliberalización’ como errores políticos en mi opinión concentrados en los últimos dos, tres años de manera especial, porque aún con los problemas de las decisiones políticas que menos gustó al electorado del PSOE en la crisis económica, Alfredo Pérez Rubalcaba sacó 7 millones y pico de votos en las elecciones de 2011, por tanto, ¿qué ha pasado para haber caído de 7 a 5 cuando no hemos gobernado? Yo creo que las preguntas están en este último ciclo porque Pablo Iglesias y Podemos aparecen en el año 2014 y pasan de un millón de votos y 5 diputados en el Parlamento Europeo a 71 diputados y 5 millones de votos en un año, de mayo de 2014 a diciembre de 2015, en un año y medio y a junio de 2016.  Algo ha pasado en esa etapa.  Lo habrán hecho muy bien, seguro, pero alguien lo ha hecho muy mal; por tanto, creo que lo que hay son errores políticos que los partidos a veces cometen y luego harían bien en corregir de cara al futuro.

Gobiernos progresistas cambiaron la historia de Latinoamérica

·        Después de éste excelente análisis del panorama de lo que es la realidad política española, terminemos esta entrevista con América Latina. La gente de Podemos dice que los procesos progresistas latinoamericanos constituyen para ellos una fuerte inspiración. Lo que ocurrió con el Brasil de Lula, con la Bolivia de Evo, con la Venezuela de Hugo Chávez, con el Ecuador de Rafael Correa, con la Argentina de los Kirchner, con el Uruguay de Pepe Mujica, han sido avances muy significativos que ellos han retomado y que de alguna u otra manera les han servido para su accionar político.  ¿Tú cómo ves en ese sentido los procesos que se han dado en América Latina?

·        Han sido procesos que hemos seguido todos con muchísimo interés y con muchísima atención porque han cambiado la historia de este continente. A algunos les agradarán más y a otros les gustarán menos, pero lo han hecho. Tienen sus relaciones causales y sus relaciones consecuenciales y luego es una cuestión de matices ideológicos y de países. A mí por ejemplo me gusta mucho el presidente Mujica, me gusta mucho Bachelet y si me preguntas en Colombia pues me gusta mucho, Clara López.  Entiendo que haya otros que les guste más Correa o que les guste más Hugo Chávez. Yo nunca he juzgado ni he considerado que el demonio se vista por ningún lado. Creo que son procesos políticos que obedecen a algo y que lo inteligente es pensar por qué está pasando esto, a qué obedece que esto suceda en cada país porque sabes perfectamente mucho mejor que yo, que son procesos muy diferentes y muy diferenciados por zonas, por regiones y por soberanías.




jueves, 12 de abril de 2018

COLOMBIA


“ES EL MOMENTO EN COLOMBIA EN QUE MENOS HAY QUE TEMERLE A LA POLARIZACIÓN PORQUE SE ACABA DE DESMOVILIZAR LA GUERRILLA”

Hace 70 años, con ocasión del 'Bogotazo', como se conoce el magnicidio del líder popular Jorge Eliécer Gaitán, una multitud protesta al frente del edificio donde tuvo lugar su asesinato. (Archivo Fotográfico de Sady González, Biblioteca Luis Ángel Arango).


POR FERNANDO ARELLANO ORTIZ 

La élite colombiana que se sustenta en un aparato político corrupto, tras el acuerdo de paz suscrito con las Farc, se quedó sin discurso, no tiene nada más que ofrecerle al país, pues desde hace medio siglo la oferta electoral cada cuatro años era paz o guerra. Juan Manuel Santos, un mandatario proveniente de la más rancia oligarquía bogotana, se la jugó durante los ocho años de su gobierno por la paz.
“Es como si lo último que tenían para ofrecerle era el proceso de paz, la entrega de armas y la desmovilización de la guerrilla. Entonces, cabe el interrogante, ¿quiénes van a modernizar este país?”. Esa es la incógnita que plantea la socióloga italo-colombiana Sara Tufano Zuluaga, quien a partir de sus columnas de opinión que se publican en el tradicional diario El Tiempo de Bogotá, contribuye al debate político en una sociedad premoderna como la colombiana, desde una particular óptica, puesto que utiliza las construcciones teóricas de las Ciencias Sociales, muy poco dado entre los opinadores de la prensa hegemónica, para elaborar sus contundentes análisis.
Ante la proximidad de la primera vuelta electoral, el próximo 27 de mayo, en la que se escogerán las dos alternativas que finalmente se disputarán la Presidencia de Colombia, invitamos desde el Observatorio Sociopolítico Latinoamericano www.cronicon.net a esta investigadora social para que haga su lectura de la coyuntura política de este país, considerado el “principal aliado” de los Estados Unidos en la región, que al mismo tiempo muestra unos niveles de concentración de la riqueza y de desigualdad social que además de vergonzosos rayan en la obscenidad.
Tufano Zuluaga es socióloga de la Universidad de París 7, con una maestría cursada en la Universidad de São Paulo. Se ha especializado en el estudio del conflicto armado colombiano y de los procesos de paz desde una perspectiva histórica.

“El ciclo progresista continúa, lo que hay es que sacar conclusiones sobre las experiencias de los gobiernos progresistas”


  • Empecemos hablando muy brevemente de América Latina. ¿Cuál es tu percepción frente a lo que ha sucedido en los últimos años en el hemisferio? Unos dicen que se acabó el ciclo de gobiernos progresistas. Sin embargo, se observa que la lucha social sigue con mucha más fuerza. Por otro lado, es un hecho de que Temer está en caída libre en Brasil; Macri es un atolladero en Argentina; Maduro aguanta no obstante la guerra sicológica, mediática, política, económica a la que está sometida Venezuela; López Obrador en México es imbatible en las encuestas aunque es muy probable que le vuelvan a robar las elecciones; en Colombia hay un fenómeno que trasciende la figura de un candidato que es Petro; entonces hay elementos que a uno le dan para pensar que allí hay o está  latente esa lucha social, ese espíritu progresista de los pueblos y eso permite vislumbrar, en consecuencia, que el ciclo progresista se mantiene. ¿Cuál es tu visión?

  • Creo que no se puede decir que se haya acabado el ciclo progresista. El ciclo progresista continúa, lo que hay que hacer es un alto en el camino y sacar unas conclusiones sobre esas experiencias. En relación a otros países de la región los colombianos estamos completamente rezagados, aquí nunca hemos tenido un gobierno de izquierda, mientras que en otros países la izquierda ya ha gobernado y en otros incluso ya ha salido del gobierno. En Chile, por ejemplo, acaba de subir Piñera otra vez. Y en Brasil sacaron a Dilma del poder.

  • Pero Michelle Bachelet, es como difícil ubicarla dentro del espectro de izquierda. Como tú afirmaste en una de tus columnas de opinión, en América Latina ningún proyecto de izquierda actual es revolucionario…

  • Hay toda una discusión sobre qué tan radicales son los proyectos de izquierda de la región. Todos ellos comparten la oposición al neoliberalismo; se considera que los más radicales son los de Venezuela, Bolivia y Ecuador, los otros no tanto, algunos incluso asocian los gobiernos de Lula, Bachelet y Tabaré Vásquez a la centroizquierda. En fin, ahí tendríamos que entrar a analizar cada caso específico. Pero a partir de lo que está sucediendo en Brasil, podríamos inferir que en realidad el gobierno del Partido de los Trabajadores (PT) fue más radical de lo que se pensaba, se podría decir incluso que la pregunta va más allá de saber qué tan radical ha sido cada uno de los proyectos de izquierda, se hace necesario caracterizar también a las élites de cada uno de los países, qué tan reacias son al cambio político. Es el momento de hacer un análisis minucioso para entender qué está ocurriendo con la izquierda en el poder, esto incluye retomar toda la discusión teórica sobre el Estado y el régimen político. En el caso venezolano habría que ir a ver qué está pasando exactamente en ese país puesto que en Colombia tenemos unos medios completamente sesgados, hay que entender porqué se llegó a esa crisis tan profunda. Gustavo Petro ha dicho que la crisis venezolana se debe a la dependencia de muchos de los programas sociales a la renta petrolera y cuando los precios del petróleo se desploman, pues es evidente que los programas se ven afectados. Pero más allá de eso, la izquierda tiene que reconocer que durante los gobiernos de Chávez y de Maduro se cometieron errores.

  • ¿En el caso venezolano?

  • En el caso venezolano y en los otros también. En el caso brasileño, por ejemplo, vemos que Lula logró sacar a millones de brasileños de la pobreza, pero su partido, el PT, terminó reproduciendo prácticas corruptas y no es porque la izquierda en sí sea corrupta, sino porque el sistema político, como aquí o como en cualquier país, propicia y fortalece esas prácticas. El PT llegó al poder porque su agenda económica no era de extrema izquierda, al tiempo que favoreció los grandes capitales, promovió políticas de redistribución de la riqueza. En 2005, antes de la Operação Lava Jato y del escándalo de Odebrecht, el PT se ve envuelto en un escándalo de corrupción, el Mensalão (Mensualidad). Este caso tuvo como protagonistas a varios partidos de la coalición de gobierno y consistía en el pago de una mensualidad a los parlamentarios a cambio de apoyo a los programas del Ejecutivo. Ahí empezó a crearse la narrativa del PT como un partido corrupto, cuando las críticas deberían apuntar a los fundamentos del sistema político. Y quienes conocen la historia de Brasil saben que ha habido otros casos de corrupción, pero han recibido un tratamiento distinto. Eso levanta muchos interrogantes sobre cómo funciona el sistema político en Brasil y si realmente puedes hablar de lucha contra la corrupción sin tocar los fundamentos de ese sistema. Además, existe la percepción de que la bandera anticorrupción es mucho más fuerte en los partidos y movimientos de izquierda, porque la izquierda, a diferencia de otras corrientes, ha reivindicado la moralización de la política como su principal bandera. Entonces, cuando la izquierda cae en ese tipo de prácticas, la gente tiende a juzgar de forma más severa. Pensemos en el caso del exalcalde de Bogotá, Samuel Moreno, se volvió un caso de corrupción paradigmático porque era alguien del Polo Democrático. Ahora, ¿cuántos casos tiene la derecha que podrían ser paradigmáticos? Pero los medios no están ahí insistiendo en ellos. Entonces hablar de lucha anticorrupción sin hablar de reforma política es estéril. O qué es lo que pasa ahora con el caso ecuatoriano y la división entre Rafael Correa y Lenín Moreno…

  • Que se produjo ya el divorcio…

  • Sí, entre el “morenismo” que se quedó con Alianza País y el “correismo” con su Movimiento de la Revolución Ciudadana. Correa muy debilitado también por la sentencia en contra del vicepresidente Jorge Glas en el caso Odebrecht. En el seno de cada grupo de izquierda se dan procesos de fragmentación. Mira el caso del Polo Democrático en Colombia o el caso del PT en Brasil en donde también hay varias tendencias. Entre los condenados en el escándalo del Mensalão hubo varios miembros del PT, entre ellos la mano derecha de Lula, José Dirceu, quien se había proyectado como su sucesor. Entonces Dilma es el Plan B del PT. Ella no era una figura clave dentro del partido.

  • No era un referente…

  • Exactamente, no era un referente para la sucesión. Además, llega la crisis de 2008 y esto genera una gran inestabilidad en el gobierno de Dilma, hay una coalición de fuerzas muy diferente a la del gobierno Lula. En materia fiscal, Dilma acabó retrocediendo al inicio del primer gobierno Lula, con la diferencia que la situación mundial ya había cambiado y terminó impulsando una agenda de desmonte del Estado de bienestar social. En su segundo mandato ya no pudo sostener los programas que había implementado Lula, eso debilita también sus vínculos con los movimientos sociales. Es lo que en últimas provoca y facilita el golpe y claro, el encarcelamiento de Lula. André Singer, un reconocido politólogo brasileño que ha dedicado gran parte de su obra a entender el fenómeno del lulismo, escribió un artículo titulado “Cutucando onças com varas curtas” para explicar la transición entre el primer y segundo mandato de Dilma. Cutucar significa golpear a alguien con los dedos con el fin de llamar la atención y una onça es una pantera; significa provocar a alguien: Dilma estaba jugando con fuego. Es lo que explica la disolución de su coalición y la falta de apoyo popular en su segundo mandato.

  • Designa un Ministro de Economía conservador, neoliberal, y claro, escoge a Temer como su vicepresidente…

  • Claro, y dentro de la misma izquierda empieza a tener una grandísima oposición. Las famosas manifestaciones de junio de 2013 son sintomáticas porque se originan como consecuencia del aumento a las tarifas del transporte público en algunas ciudades, pero tuvieron una repercusión nacional y en poco tiempo hicieron que se activaran otras demandas, como la del fin de la violencia policial, mejorar la calidad de los servicios públicos, acabar con la corrupción. La consecuencia es que Dilma pierde simpatía y apoyo dentro de la misma izquierda. Lo que lleva a colegir que un gobierno de izquierda no es lo suficientemente autónomo para transformar el Estado…

  • Retomando tu frase según la cual ningún proyecto de izquierda actual es revolucionario, en ninguna parte del mundo, ni siquiera en Cuba. Pero lo que si podemos llegar es a la conclusión de que lo que ha habido en América Latina es un neodesarrollismo, o sea, un modelo económico que ha utilizado políticas keynesianas, proteccionistas, en buena medida en contravía del modelo neoliberal. ¿Coincides en esa apreciación?

  • Hay todo un debate sobre si el neodesarrollismo no sería lo mismo que el neoliberalismo y cuáles serían las diferencias con el desarrollismo de los años 60. Ahí también habría que entrar a estudiar cada caso específico. En el caso brasileño algunos consideran que Lula nunca rompió con el modelo económico de su antecesor, otros sostienen que sí se transitó hacia un neodesarrollismo y están los que dicen que implementó una política híbrida. Las diferencias en términos de política económica dependen de los escenarios políticos de cada uno de los países. Pero a pesar de haber reducido la pobreza, Brasil continúa siendo uno de los países más desiguales del mundo. Se habla de reducir la pobreza y la extrema pobreza, pero se habla muy poco de impuestos sobre las grandes fortunas o grandes ganancias de capital. Por eso el debate sobre la desigualdad es un debate profundamente político, apunta al análisis de cómo está estratificada una sociedad. En Europa, las dos guerras mundiales redujeron la brecha de desigualdad, las guerras afectaron a la sociedad en su conjunto, aquí en Colombia sabemos que el conflicto afectó principalmente a los sectores rurales de la población, algunos solamente se enteraron del conflicto por televisión. Esto tiene implicaciones políticas, económicas y socioculturales que necesitamos investigar; seguimos centrando la investigación en el origen y causas del conflicto.

“El uribismo en Colombia no es sólo la figura de Álvaro Uribe, es un ethos”

Aspecto de entierros de militantes y dirigentes de la Unión Patriótica (1988), partido de izquierda que fue exterminado por grupos paramilitares en complicidad con el Estado colombiano. (Foto: Revista Semana).


  • Entremos ahora en materia respecto de la coyuntura colombiana. Me llamó la atención un twit tuyo donde decías que en Colombia asistimos a un periodo de transición del régimen político. ¿Por qué consideras que estamos en un periodo de transición del régimen político?

  • En mi trabajo de maestría comparé los procesos de paz de Belisario Betancur y de Virgilio Barco en los años 80. En un primer capítulo investigué los principales regímenes políticos del siglo XX: la democracia oligárquica, que se resquebrajó después del magnicidio de Jorge Eliécer Gaitán, el 9 de abril de 1948, con el regreso de los conservadores al poder, y el Frente Nacional que, si bien su fin formal fue en 1974, seguimos sintiendo su herencia y “efectos perversos”. El Frente Nacional no es una ruptura total con el pasado porque después de la Guerra de los Mil Días ya encontramos lo que algunos especialistas llaman el carácter consociacional y oligárquico de la democracia colombiana: gobiernos de coalición compuestos por los líderes de las fracciones que están enfrentadas. Es decir, desde inicios del siglo XX las élites se han alternado el poder en Colombia. El fenómeno “Álvaro Uribe” representa una nueva fuerza política y económica que irrumpe con vigor en nuestra sociedad.

  • Sí, del capitalismo entre comillas “emergente”…

  • De otras fuerzas políticas y económicas.

  • Emergentes, algunos lo llaman “lumpen burguesía”…

  • Es que no ha habido todavía un estudio integral sobre la influencia del narcotráfico en Colombia, no solamente desde el punto de vista económico y político, también desde el punto de vista sociocultural. ¿Cómo logró un personaje como Pablo Escobar participar en política? No fue solamente una cuestión de poder y dinero, había personas que se identificaban con él. Un escándalo tan grave como la parapolítica sigue siendo visto como algo accidental, como un problema de algunas “manzanas podridas”, por eso seguimos hablando en términos de “escándalo”. Si nuestra lectura fuera más estructural, las consecuencias serían otras. Parte de la población colombiana y la nueva clase política se sienten identificadas con el proyecto uribista. El uribismo no es sólo la figura de Uribe, es un ethos, son unas representaciones culturales, un modo de vivir y concebir el mundo. A mi personalmente me parece profundamente retrógrado y nocivo para el país, pero para un gran sector de la población no, entonces esa es la disputa.

  • Aunque también se pueden ubicar en este espacio político los sectores que están con Vargas Lleras, aunque él representa los intereses del establecimiento tradicional…

  • Vargas Lleras es un fenómeno interesante porque hace parte del establecimiento, pero es capaz también de vincularse con cualquier otro sector. ¿En el debate sobre el caso Odebrecht, Claudia López no nos recordó que Vargas Lleras tiene una investigación, que terminó siendo archivada, por sus presuntos nexos con paramilitares? Él representa una fuerza política que llega a tratar de conquistar un sector que ya está siendo representado por Uribe. No tiene carisma y sus logros son haber hecho política a través de la construcción de viviendas y carreteras, y ser el nieto de Carlos Lleras Restrepo, por eso está en la línea de sucesión. Si no gana una fuerza política alternativa, estaríamos asistiendo a una alternancia en el poder ya no entre los partidos conservador y liberal, sino entre el uribismo y la clase política tradicional.

  • Vargas Lleras está tratando de quitarle una parte del nicho de lo que representa Uribe…

  • Justamente eso es lo que él no puede hacer porque el uribismo ha tomado tal ventaja que cuando llega Vargas Lleras, representante de la élite tradicional, no encuentra espacio. En ese sentido, la élite de este país no tiene nada más que ofrecerle al pueblo colombiano. Es como si lo último que tenían para ofrecerle era el proceso de paz, la entrega de armas y la desmovilización de la guerrilla. Entonces, cabe el interrogante, ¿quiénes van a modernizar este país?

“La de Petro es una iniciativa política modernizante frente al proyecto de la élite tradicional”


  • Has caracterizado a Vargas Lleras y a Uribe. ¿Cómo caracterizarías a Juan Manuel Santos?

  • Fue Ministro de Defensa de Uribe pero se distanció de él justamente por ese último impulso modernizador que fue el proceso de paz, de ahí también su enemistad. Vargas Lleras debería ser la continuación de Santos, en el sentido de que tendría que ser quien impulse el proceso, pero es conocida su oposición al proceso, su repentino viraje es oportunismo político, para distanciarse del uribismo. No sólo no es ningún adalid de la paz, sino que no tiene ningún interés en hacer las reformas que están en el Acuerdo, porque después de la firma del proceso de paz hay que hacer las reformas. ¿Y quién está proponiendo hacer las reformas que permitan construir una paz estable y duradera? Gustavo Petro. Ahí me parece que hay un cambio. Creo que la de Petro es una iniciativa política modernizante frente al proyecto de la élite tradicional que se agota en la firma del acuerdo de paz, la entrega de armas y la desmovilización de las Farc.

  • Es paradójico porque Santos se la juega por la paz, pero prácticamente deja sin discurso y sin alternativas a la derecha y a esos sectores que él representa y los deja prácticamente cruzados de brazos. Por eso la derecha más hirsuta en un insulto a la inteligencia tiene que sacar el cuento del ‘castrochavismo’ y meter miedo…

  • No olvidemos que por más de medio siglo se instauró una narrativa contrarrevolucionaria en nuestro país, y ahora lo que hay es una disputa también de esa narrativa. Uribe busca regresar al poder para “hacer trizas” no sólo el Acuerdo, sino reintroducir la idea de que aquí nunca hubo conflicto. El proceso de paz iniciado por Santos, querámoslo o no, borró de tajo la narrativa que había construido Uribe y antes de él Turbay y otros. Antes de que Betancur iniciara el proceso de paz, se creía que el fenómeno guerrillero era un producto soviético y cubano. Turbay concibió el conflicto interno y la crisis centroamericana como producto del conflicto Este-Oeste y de la amenaza soviética. Betancur dio un giro de 180 grados en términos de política exterior y con el proceso de paz le da un reconocimiento político a la guerrilla, lo cual significa que hay unas razones internas que de alguna manera explican la emergencia de ese fenómeno. Uribe termina de consolidar un viraje que se empezó a dar después del fracaso de los diálogos de Caracas y Tlaxcala (1992), es pensar que la insurgencia es una amenaza narcoterrorista.

  • Sí, el discurso de la Doctrina de la Seguridad Nacional y del enemigo interno…

  • Es la consecuencia de ese discurso, es pensar que la guerrilla no guarda ninguna relación con el país, con el problema de la tierra o con las características de nuestra democracia. El hecho de que Santos haya negociado con las Farc y se haya producido un acuerdo, vuelve a poner sobre el tapete esos temas y por eso el acuerdo contiene esos puntos. Es obvio que una vez que tú reconoces políticamente a tu adversario, también tienes que reconocer que hubo unos factores que incidieron en el surgimiento y prolongación del conflicto. Uribe regresaría a desmontar esa idea, deshacer el acuerdo y reinstalar nuevamente esa narrativa de la cual hasta ahora estamos saliendo. Ese sería un grave retroceso y muchos colombianos parecen o no quieren darse cuenta de eso.

  • ¿En Colombia entonces estamos, según tus palabras, en un periodo de transición entre un establecimiento, una derecha, que no tiene nada que ofrecer y una propuesta tímida progresista que representa Petro?

  • Estoy convencida que lo que propone Petro es un conjunto de medidas modernizadoras, por eso él hace alusión a López Pumarejo, a Gaitán, a Luis Carlos Galán. No es que Petro se crea una mezcla de todos esos personajes como algunos lo han querido mostrar, es que recoge un hilo histórico, cada uno de ellos representó las ideas más avanzadas de su respectiva época, independientemente de la filiación política.

  • Pero Galán era un liberal de derecha…

  • Sí, pero en esa época, su discurso e intenciones eran progresistas, iban en contravía a las del establecimiento. En esos años había tanto en el Partido Liberal como en el Partido Conservador unas personalidades progresistas. Gaitán también fue del ala progresista del Partido Liberal, no era ningún marxista-leninista. En Colombia no sólo han asesinado a líderes de izquierda, también a las figuras más progresistas de los partidos tradicionales.

  • Lo que llaman izquierda legal está totalmente rezagada, está a espaldas de las expectativas y reivindicaciones sociales del país, ¿tú lo consideras así?

  • La Constitución del 91 definió una representación política especial para las minorías étnicas, pero mira lo que sucedió con las curules para las víctimas: no tendrán representación en el nuevo Congreso, cuando se trata justamente de reparar a las víctimas del conflicto. Ni hablar de las mujeres. En materia política, la agenda de las mujeres está muy rezagada también. Pensemos en Brasil, que Lula, un líder sindical, haya llegado al poder…

  • Sí, pero de todas maneras fue un líder sindical metalúrgico de una industria muy grande como la del Brasil en comparación con Colombia que ha carecido de unas fuerzas productivas capaces de haber jalonado la modernización del país…

  • Por eso digo, comparativamente nuestra izquierda está muy rezagada. Hay un rezago impresionante en términos de debates y de ideas políticas. 50 años de lucha armada no pasan en vano, eso afectó muchísimo el debate político y la calidad de nuestra democracia. Si miras, la Farc no pudo incidir de manera sustancial en ninguno de los puntos neurálgicos del Acuerdo de Paz.

  • En ese sentido, ¿se perdió esa oportunidad histórica?

  • Pues nos dimos cuenta que en estos momentos tendremos que hacer un “acuerdo sobre lo fundamental”, por eso en una de mis columnas hago referencia a la conformación de un “bloque histórico”. Al interior de los partidos tradicionales existen personas que entienden la necesidad de llevar a cabo unas reformas mínimas, por mucho tiempo postergadas. Petro les habla también a esos sectores, en ese sentido no es de “extrema izquierda”.

“Si llega a ganar Iván Duque el proceso de paz se acaba”


  • Pero lo que tú acabas de afirmar es muy grave por la sencilla razón de que, si no se posibilita un mínimo cambio, los indicadores seguirán siendo terribles, la concentración de la riqueza, la desigualdad. Es el segundo país más desigual en el hemisferio y el sexto país más desigual en el mundo. Eso constituye un caldo de cultivo para que haya erupción de fenómenos de violencia.

  • Ni siquiera es que vuelve a haber violencia, sigue habiendo, pues están las disidencias de la Farc, las bandas criminales, el ELN, todavía no sabemos qué sucederá con ese proceso. Si llega a ganar Iván Duque el proceso se acaba. Yo veo en el programa de Petro, no sólo la profundización del proceso con las Farc, también la posibilidad de llegar a un acuerdo con el ELN y la posibilidad de implementar unas reformas mínimas que nos permitan reducir los índices de desigualdad.

  • Por lo que se puede observar y palpar la candidatura de Petro se volvió un fenómeno social y político, que trascendió al hombre y la figura del dirigente y se transformó en un espacio político que concita la atención de la gente que quiere un cambio en Colombia, que atrajo múltiples sectores que buscan digamos una esperanza, una expectativa de cambio. ¿Consideras que el fenómeno Petro se plasma en un aspecto reivindicativo en lo político y en lo social?

  • Sí, porque a partir de su paso por la Alcaldía de Bogotá empezó a poner en la agenda nacional unos temas que son fundamentales para profundizar cualquier democracia y elevar la calidad del debate político. Por eso él logra aglutinar sectores que no son necesariamente de izquierda, sino progresistas. Además, cuenta con una trayectoria bastante importante, su paso por el M-19 y su lucha contra el paramilitarismo y la parapolítica en el Senado; es un actor principal de la historia de Colombia.

  • ¿En las propuestas de los otros candidatos no hay espacio para hablar de la modernidad y modernización del país?

  • No veo absolutamente nada novedoso, ni siquiera en el discurso. En el caso de la Coalición Colombia, que es otro proyecto político, he dicho que representa los intereses de una clase media y clase media alta que claramente ha venido en ascenso en el país y que tiene unas aspiraciones y visiones propias. Por las estadísticas de las encuestas podemos ver que es una fuerza compuesta mayoritariamente por personas de estratos 4, 5 y 6, no es precisamente un movimiento popular. Las mismas Claudia López y Angélica Lozano hacen parte de este proceso de movilidad social ascendente, es algo totalmente normal, hace parte de la democracia representativa, y esto no significa polarizar ni incitar el “odio de clases”, se trata de entender la estratificación social de un país profundamente desigual. Lo que he intentado explicar es que el autodenominado “centro” también tiene su propia agenda y motivaciones políticas. Además, he sostenido que con su estrategia de campaña, Sergio Fajardo y Claudia López han sido muy funcionales a la derecha expresando que Colombia no puede tener un cambio tan brusco de la noche a la mañana. Y han situado a Petro en la extrema izquierda, cuando eso no es así. También han tratado de asociar a Petro con Chávez y Maduro, alimentando de alguna manera el “fantasma del castrochavismo”. Pero me parece que toda esta discusión ha tocado unas fibras muy sensibles, pues hay ciertos sectores en Colombia que no están acostumbrados a ser cuestionados. Creo que hay que empezar a reflexionar sobre el hecho de que el clasismo en Colombia no es exclusivo de la élite. Estos temas parecen ser “tabú” porque se cree que hay visiones neutrales, objetivas e imparciales que no pueden ser cuestionadas.

  • ¿Por lo visto y si gana las elecciones presidenciales cualquier candidato del establecimiento, los colombianos estamos condenados todavía a seguir soportando un periodo largo de premodernidad, a otros ‘cien años de soledad’, a seguir teniendo una democracia de papel?

  • Yo no soy tan fatalista, yo guardo siempre una esperanza, no estamos condenados. Las fuerzas y movimientos políticos que se han aglutinado alrededor de la candidatura de Petro tenderán a crecer, justamente por el momento que estamos viviendo, de transición a la paz.

“El sistema político colombiano es corrupto, de ahí que su democracia ha sido siempre adjetivada”


  • Aunque tú dices que no eres fatalista, podría equiparar tu posición a la famosa frase de Boaventura de Sousa que dice que él es un pesimista esperanzado. Pero con todo lo que sucedió en las elecciones para Congreso el pasado 11 de marzo, que se vuelve a reeditar toda la corruptela y la compra de votos, ¿tú crees que se puede hablar de democracia en Colombia?

  • En Colombia, la democracia ha sido siempre una democracia “adjetivada”, siempre ha tenido un adjetivo al lado: limitada, bloqueada, restringida, elitista, oligárquica, consociacional, cerrada, etc. Es una democracia en términos formales porque hay elecciones competitivas cada cuatro años y quienes gobiernan son civiles y no militares. Pero veamos lo que sucedió en las elecciones pasadas, aquí siguen comprando el voto. La movilización de las maquinarias es en realidad una compra masiva de votos. Si a eso le agregamos otras variables como un conflicto de más de medio siglo, el asesinato de la oposición política y de líderes sociales, la extrema concentración de riqueza, la alternancia en el poder de las mismas familias desde hace décadas, un sistema político corrupto, pues ahí ya entenderíamos porque nuestra democracia ha sido siempre adjetivada. Pero de todas maneras sí estamos ante algo completamente nuevo como es la desmovilización de las Farc y su entrada a la contienda política, una reivindicación histórica, y está el fenómeno Petro y su movimiento aglutinador. Sí hay unos elementos nuevos que nos muestran que efectivamente algo está cambiando y ahora depende de la decisión de algunos sectores sociales y políticos de querer apoyar y profundizar esos cambios.

  • En el relato que imponen las matrices mediáticas y que constituye una manipulación del término es lo que se refiere al de la polarización de la sociedad. La política, como lo dijo Foucault retomando la famosa frase de Clausewitz e invirtiendo los términos, “es la continuación de la guerra por otros medios”. Las sociedades, en consecuencia, viven fragmentadas y polarizadas y para dirimir los conflictos está la política. Rafael Correa dijo una cosa que es muy obvia y es que cuando se va a un balotage, a una segunda vuelta en elecciones presidenciales, por supuesto que un país se polariza entre dos opciones. No hay que tenerle miedo a la polarización, para eso es la democracia que debe posibilitar mediante procedimientos políticos dilucidar y tramitar las diferencias; para eso es la política. ¿Cuál es tu posición al respecto?

  • Ahora es el momento en que menos hay que temerle a la polarización porque se acaba de desmovilizar la guerrilla. Ahora es donde puede haber realmente polarización porque cada vez más los conflictos sociales y políticos se tendrán que tramitar por la vía pacífica. No creo en esa visión aséptica y edulcorada de que en la política no hay polarización ni conflictos.

  • El candidato liberal Humberto de la Calle habla de que hay que evitar los extremos y lo hace con el único fin de estigmatizar a Petro. ¿Pero cuál es el extremo de Petro? ¿Acaso está planteando, por ejemplo, la estatización de todos los medios de producción o la expropiación sin indemnización de los bienes de los acaudalados de Colombia?

  • La extrema izquierda en Colombia siempre había sido la guerrilla. ¿En qué momento Petro resultó siendo de extrema izquierda? Ubicar a Petro en la extrema izquierda es falso, tenemos que partir de ahí. En un artículo que escribí sobre la Coalición Colombia, afirmaba que cuando uno se autodefine de centro, automáticamente se tiene que distanciar de dos polos. En este caso los dos polos son Uribe y Petro. Y no solamente tienes que distanciarte, sino que además tienes que alejarte de ellos cada vez más y lo logras en la medida en que demonizas a los otros. Terminaron ubicando a Petro en un extremo que realmente no corresponde a la realidad.

  • ¿No se aproxima la propuesta política de Petro a una socialdemocracia europea de la mitad de siglo XX con elementos proteccionistas o keynesianos en lo económico?

  • Sí, lo que ocurre es que dentro de cada contexto hay que definir exactamente qué es izquierda y qué es derecha, y el debate no se ha planteado todavía en esos términos. Duque y Vargas Lleras también hablan de que son de centro y eso ha hecho que ahora todo el análisis político se reduzca a saber quién va a “conquistar el centro”.

  • Desde hace algunos años aquí en Colombia nadie reivindica la derecha. Los únicos que reivindican ser de derecha son el exprocurador Alejandro Ordoñez y el exministro Fernando Londoño que asumen su postura política siendo honestos intelectualmente; del resto nadie, ni Álvaro Uribe, siquiera…

  • Exacto, hay tres centros: Fajardo, Duque, y Vargas Lleras. ¿Cuál centro? Por eso digo y reitero, esa es una forma de evadir el debate porque al identificarse como centro, se quiere significar que es posible que haya una fuerza que abarque a prácticamente todos los sectores políticos y sociales del país; lo cual no es verdad porque cada proyecto sigue defendiendo, principalmente, sus propios intereses. En la medida en que no se dé la discusión en otros términos realmente no vamos a entender cuál es el continuismo y cuál es el verdadero cambio.

“El Acuerdo de Paz es el primer paso para pensar en las reformas necesarias para evitar que la guerra se repita”


  • Si te trato de interpretar, no tenemos claridad hacia dónde ir porque tú bien lo señalas que la derecha se quedó sin discurso y la propuesta de Petro es reformista pero tímida…

  • Sí porque nuestro norte siempre había sido la continuación del conflicto o el fin del mismo. El Acuerdo es el primer paso para pensar en las reformas necesarias para evitar que la guerra se repita. Ahora hay que pensar en quiénes nos están ofreciendo un proyecto de país que evite que la guerra se repita y que permita reducir la brecha de desigualdadEn mi opinión, de todas las propuestas, me parece que es la de Petro la que cumple este papel.